Este tipo de terapia ha sido utilizada desde hace miles de años en las culturas orientales, con fines terapéuticos y de meditación. Consiste en la utilización de cuencos a través de los cuales se realiza un masaje sonoro, existen dos tipos de cuencos el de cuarzo (realizado en cristal de cuarzo) y el tibetano realizado de una aleación de varios metales.
Se basa en el principio de resonancia, y el propósito es conseguir con el contagio de las vibraciones una sanación física y emocional.
Según la física cuántica la materia es energía en distintos niveles de vibración, por lo tanto siguiendo este principio podríamos afirmar que una desarmonía (estrés) produce un desequilibrio que en el cuerpo humano se conoce como enfermedad. Para llegar a una armonía existen lo que se llaman las terapias alternativas, entre ellas la cuencoterapia.
Tiene como principio básico que los cuencos emiten un modelo de onda alfa que es el mismo emitido por el cerebro en estado de meditación y de calma profunda. Se ha podido comprobar que en este estado existe un aumento en la producción de linfocitos T, que son los responsables del sistema inmunitario. Hoy en día se sabe que es posible modificar, por el principio de resonancia, estas frecuencias alteradas a través de la transmisión de otras frecuencias, lo que convierte al sonido en un proceso terapéutico.
Los sonidos y vibraciones de los cuencos tienen la propiedad de modificar las ondas cerebrales favoreciendo la relajación. El terapeuta hace sonar los cuencos cerca del paciente para canalizar tanto el sonido como la vibración.
Los antiguos sabían que todo en el universo vibra, por ejemplo Pitágoras afirmaba que “cada cuerpo celestial y cada átomo produce un sonido particular, debido a su movimiento, ritmo y vibración. Es más, todos esos sonidos o vibraciones componen una armonía universal en la que cada elemento, sin perder su propia función y carácter, contribuye a la totalidad”, lo cual incluye al cuerpo humano. Cada cédula y cada órgano de nuestro cuerpo, por tanto, vibran continuamente a una determinada frecuencia. Y así, cuando un órgano está sano su frecuencia vibratoria está en armonía con el resto del cuerpo; pero si esa frecuencia se altera se rompe la armonía y aparece lo que conocemos como enfermedad.
Con un golpe suave, se obtiene el sonido similar al de una campana, frotando el borde del cuenco en forma circular se genera una vibración terapéutica, la vibración repercute en la columna vertebral, que actúa como vehículo de resonancia, extendiéndose a través del sistema nervioso a células, tejidos y órganos.
Beneficios en el uso de este tipo de terapia encontramos los siguientes:
Mejora el sistema inmunológico.
Eficaz en el tratamiento del estrés y la depresión.
Ayuda a la relajación.
Trata el insomnio.
Aumenta la capacidad de concentración.
Reduce las dificultades en el aprendizaje.
Equilibra los hemisférios cerebrales.
Alivia dolores musculares y de cabeza.
Relaja cuerpo, mente y espíritu.
La cuencoterapia es una experiencia en la que descubrimos nuestro sonido interior permitiéndonos equilibrar nuestro interior y llevarnos al crecimiento personal.
*Jessica Heredia
Terapeuta en Medicina Alternativa
Centro Integral de Medicina Alternativa
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